La Historia del Tie Dye antes de los 60’s

El teñido anudado, o “tie dye”, como se conocía más comúnmente antes de la década de 1960, es un arte antiguo que se practica en todos los continentes y culturas. Los elementos esenciales son la tela, la cuerda y los tintes de diferentes colores. Entre las técnicas más antiguas se encuentra Bandhani, practicada durante más de 4.000 años en el sur de Asia. Los primeros registros escritos sobre tie-dye provienen de China y Japón. El proceso se usó durante la dinastía T’ang en China y el período Nara en Japón desde el siglo VI. Los textiles Bandhani se producen amarrando la tela en nudos pequeños y apretados antes de sumergirla en tintes, un método que produce patrones excepcionalmente delicados y complicados. Otras técnicas muy variadas de tie dye se desarrollaron en el sudeste asiático, América del Sur, África occidental y otros lugares. Este tipo de tie dye todavía se practica hoy en día.

Históricamente, los teñidores usaban colores naturales provenientes de material orgánico, como las hojas de la planta índigo o las raíces de la rosa loca. Algunos tintes naturales eran más duraderos que otros, pero el proceso de teñido en sí era complicado y podía implicar varios pasos para “fijar” el tinte, es decir, hacerlo permanente y resistente a la decoloración. La fijación de tintes naturales requería mordientes, aglutinantes químicos que ayudaban a adherir los tintes a la fibra o tela. Con la invención del primer tinte de tela sintética en 1856, un tinte de anilina o “alquitrán de hulla”, extraído de productos petroquímicos, los tintoreros profesionales obtuvieron una amplia gama nueva de colores y un proceso más simplificado. Los tintes de anilina eran fuertes, vívidos, más resistentes a la luz y requerían menos intervenciones químicas para “pegarse” a la tela. Desafortunadamente, un siglo de uso los probaría tóxicos, pero sus colores brillantes cambiaron la dirección de la moda para siempre.

No podemos exactamente saber cómo el tie dye entró en la cultura estadounidense, pero se cree que este tema se dio por un artículo del profesor de química Charles E. Pellew que apareció en The Craftsman en 1909. La revista promovía los principios del movimiento Arts and Crafts: oposición a la masa, fabricación y reverencia por el trabajo manual y el valor del trabajo humano. El artículo de Pellew reconoció a los teñidores indios como los creadores y perfeccionistas de muchas técnicas de tie dye. Pellew también elogió los ejemplos de tie-dyes hechos con materiales y diseños occidentales modernos.

En los Estados Unidos, el tie dye se hizo popular por primera vez en el período conocido como los locos años 20. Siguió siendo popular durante la Gran Depresión como una forma en que las personas decoraban sus casas y ropa de manera económica mediante el proceso de teñido anudado. La verdad es que teñir ropa, cortinas, telas de tapicería y otras piezas de decoración en el hogar ya era una larga tradición estadounidense y permitía a las amas de casa conscientes de su presupuesto refrescar su entorno sin gastar dinero en artículos nuevos. Uno de los factores más importantes a la hora de seleccionar los tintes era su facilidad de uso: cuantos menos pasos y químicas menos complicadas se requirieran, mejor.

Las mujeres estadounidenses de la misma época reconocieron el atractivo de refrescar las telas gastadas con patrones nuevos y vívidos, gracias especialmente a los tintes económicos, y el teñido anudado experimentó un breve aumento de popularidad durante la Gran Depresión. Pero el atractivo del teñido casero ha perdurado. Los Tintes Gallo todavía se venden, y en una gama de colores aún más deslumbrante. Ha resurgido, junto con otros pasatiempos nostálgicos, durante la pandemia de COVID-19. Único, hecho a mano y asequible, la unión de técnicas antiguas y materiales modernos aún muestra el verdadero “encanto del color”.